martes, 14 de junio de 2016

EL BENEFICIO DEL EJERCICIO COMO HÁBITO ATRAVÉS DE LOS AÑOS.


Muchas veces pensamos que el hecho de llegar a cierta edad, es sinónimo, de descanso, enfermedades, o problemas relacionados a la vejez, (CREENCIAS DE SALUD) producto de años de trabajo, y una “vida activa”.
Dejando a un lado este pensamiento, en algún momento habrás conocido a alguien que ha hecho ejercicio toda su vida, y que no piensa de la misma forma, como anteriormente se ha planteado.


¿Qué diferencias puede haber entre ambas poblaciones?

Aquellos que practicaron ejercicio de fuerza al 60-70% de su fuerza máxima, tendrán un fenómeno de adaptación tanto anatómica como fisiológica, que quiere decir, se aumentarán el número de fibras, y también de fuerza. (Billat, 2002).

En el propio proceso de envejecimiento hay un descenso de la capacidad funcional pulmonar disminuye; sin embargo para aquellos, que realizan ejercicio cardiovascular, (Atletismo) se observó una correlación entre las marcas y el VO2máx, es decir, no disminuía la capacidad funcional como era de esperarse sino que se mantuvo lineal.

En contraste los que no habían practicado actividad física han desarrollado hipotrofia, este punto es interesante, ya que hay estudios que lo relacionan a mayor desarrollo de enfermedades como las mioquinas. (Juan C. Calderón, 2012)

Reducción superior del 50% de enfermedad cardiovascular, incluso aquellos que ya tengan enfermedad vascular ya establecida. (Warburton, D. E., Nicol, C. W., & Bredin, S. S., 2006)

Siguiendo con el papel del músculo, la fuerza muscular es inversa a la aparición de síndrome metabólico (Juan C. Calderón, 2012).

Si bien el músculo esquelético tiene importantes funciones en el organismo, recientemente se han descubierto sustancias llamadas mioquinas, como factor regulador endócrino (Pedersen, 2011)


Importancia de las mioquinas.

Estas se liberan cuando hay contracción muscular, algunas mioquinas son locales, es decir, actúan sobre el propio músculo, y otras lo harán en otros órganos como: hígado, adipocitos, e intestino delgado.


Por ejemplo, disminuyendo la resistencia a la insulina y promoviendo la utilización de hidratos de carbono, esto es útil en personas que viven con diabetes.

Disminuyendo la síntesis de lípidos a nivel intestino delgado y aumentando su degradación vía lipólisis, útil en obesidad (León, Melo, & Ramírez, 2012)
¿Hay esperanza para los que no entrenan y lo desean…?

Sí, estudios en adulto de 70 años sin previo entrenamiento; han constatado que entrenar2 a 3 veces por semana en un periodo de 2-6 meses genera aumento de las fibras tipo I y tipo II (Billat, 2002).


Incluso, parece ser que hay mejora en la función cognitiva (memoria, ejecución, habilidad para leer, atención con 4 semanas de implementación de ejercicio aérobico en adultos mayores sanos e incluso con cierto grado de deterioro cognitivo (Takeuchi, 2013)

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